Vivir, sentir, entender: la educación musical según la Rítmica Dalcroze

Una educación musical por y para la música, tal es la definición que Emile Jaques-Dalcroze, pedagogo suizo, quería para su  ‘Rítmica’. ¿Cómo se traduce concretamente? Reportaje, en la jornada dedicada a la rítmica Dalcroze en el conservatorio de Vincennes, cerca de Paris.

Un sábado por la mañana, a las nueve en punto, en el conservatorio de Vincennes. Sobre el escenario del Auditorio,  un coro improvisa la canción de los Champs Elysées (los Campos Eliseos) de Joe Dassin. Estudiantes, profesores de formación musical, músicos instrumentistas, bailarines, musicoterapeutas y hasta un pediatra, cantan, andan al ritmo, improvisan gestos, movimientos siguiendo la música : esto es el calentamiento antes de la jornada dedicada a la Rítmica Dalcroze, y la Rítmica Dalcroze no se practica quedándose sentado . « La música no vive únicamente a través de las orejas, zanja Anne Lamatelle-Meyer, una de las organizadoras, profesora de formación musical y “dalcroziana”. Se vive con todo el cuerpo, todos nuestros sentidos deben de estar alertas ». El tono se establece.

Entre los asistentes, existe mucha diversidad y las motivaciones son, a veces, sorprendentes a simple vista. Es el caso de esta pediatra de  de Rueil-Malmaison, que viene a descubrir la Rítmica Dalcroze por una pequeña paciente que conoce desde hace años. «Esta niña es feliz, con confianza en sí misma, se le ve cómoda con su cuerpo. Descubrí que venía al Conservatorio y quería saber más. Veo cada vez más niños que sufren problemas de salud causados por una escolarización demasiado sedentaria, demasiado pasiva, un marco que se agrava en la adolescencia. Sin embargo, lo que veo aquí, es una pedagogía completa, que vuelve a conectar el intelecto y el cuerpo del niño y que anima a la creatividad. »

Cristina es profesora de formación musical en Bretaña. También trabaja con alumnos con necesidades especiales. Participa desde hace varios años en las jornadas de sensibilización a la Rítmica Dalcroze también por las virtudes terapéuticas de esta pedagogía. « Los alumnos con autismo que inicio en la música tienen un esquema corporal poco solicitado o ausente. He investigado mucho sobre el método a poner en práctica para permitir que los alumnos pudieran volver a utilizar su cuerpo. La Rítmica Dalcroze me ha dado las herramientas más creativas en este aspecto.»

Florence es clarinetista de la Guardia republicana y profesora de clarinete. Trabaja con un alumno que no consigue controlar la pulsación musical. «Me he dado cuenta que mi formación de profesora clásica no me da solución. Este alumno tiene que entender por si mismo lo que es la pulsación y de esta manera descubrir cómo construir la estructura rítmica por encima. Vengo a llevarme ideas de ejercicios que lo harán más activo en esta toma de conciencia.»

Los talleres de descubrimiento destinados a los profesionales de la música y las clases con los alumnos de los Conservatorios de Vincennes et de Rueil-Malmaison se desarrollan a lo largo de todo el día. Es una manera de conocer este método de enseñanza en sus numerosas variaciones.

En la jornada Dalcroze en 2015, el publico participo en una coreografía con una canción compuesta por Emile Jaques-Dalcroze : https://youtu.be/nMIsVJZ72W0

El alumno en el centro de aprendizaje

Al contrario de lo que podemos pensar en un primer momento, el método Dalcroze no es ni una técnica de danza o de expresión corporal reservada a los bailarines, ni es un método de aprendizaje de tiempos musicales. Se inspira de ambos pero en un enfoque global – en la que la rítmica, el solfeo y la improvisación constituyen los tres pilares. Un método de enseñanza «por la música y para la música», como lo define el compositor y pedagogo suizo Emile Jaques-Dalcroze, quien la diseñó hace más de un siglo. « Es un método que utiliza el movimiento natural del cuerpo para desarrollar una sensación musical a través del cuerpo y así intelectualizar mejor las nociones musicales, explica Hélène Nicolet que enseña la Rítmica Dalcroze a adultos, seniors y estudiantes de la Escuela Superior de Música y en el Instituto Jaques – Dalcroze de Ginebra. Que se escogiera la palabra Rítmica se debe a que Emile Jaques-Dalcroze quería desarrollar lo humano en relación con el ritmo presente en todas partes. Basó su reflexión sobre el hallazgo de que el ritmo es el elemento musical que se encuentra en todos los aspectos de la vida.» https://youtu.be/P1h0p7x5BPk

Sólidamente implantada en el sistema educativo suizo, la Rítmica Dalcroze es bastante confidencial en Francia. En la actualidad, solo doce “Rítmicas”, diplomadas del Instituto Internacional Jaques-Dalcroze de Ginebra, trabajan en Francia. Anne-Gabrielle Chatoux fue una de las primeras en introducir la Rítmica Dalcroze en el Conservatorio del distrito IX de París. Actualmente está a cargo de la formación musical en las carreras de Danza  y Voz del Conservatorio de Vincennes. De origen suizo, ha crecido con la Rítmica Dalcroze. Al igual que las pedagogías alternativas, tales que Montessori, Steiner o Freinet, la Rítmica Dalcroze hace que el alumno será un participante activo en su aprendizaje, explica Anne-Gabriel :

 “En esta enseñanza el alumno es un participante activo, él mismo construye la materia/asignatura, guiado por el profesor. El maestro dalcroziano enseña lo mismo que cualquier otro maestro, pero asegurándose que el niño descubra por sí mismo el concepto trabajado… En un inicio el trabajo es muy intuitivo: se ofrece al niño escuchar, comparar, hacer por sí mismo. A medida que los ejercicios se hacen más complejos y en algún momento vamos a tratar de entender lo que se ha hecho. Esta es la fase de concienciación, de volver a lo que se ha experimentado, el momento en el que haremos esta relación, muy importante entre el intelecto y el sentimiento de lo vivido. En el momento en que se llegue a esta toma de conciencia, esta enseñanza es como cualquier otro método. Lo realmente importante, y que diferencia la Pedagogía Dalcroze de la enseñanza tradicional, es  toda la fase anterior a la toma de conciencia. Pero es crucial pasar por la fase de concienciación, ya que sin ella, permanecemos en la etapa de sensibilización.”

La enseñanza Dalcroze se hace mediante el piano o mediante el canto, apoyándose en los movimientos naturales del cuerpo. « El niño es tomado como un todo, su cuerpo es su instrumento, es como una gran oreja. Y cuando se pone un nombre en un concepto musical, ya ha sido experimentado por el cuerpo, explica Anne- Gabrielle Chatoux. Para trabajar un concepto proponemos diferentes enfoques para aumentar las posibilidades de que se integre. Cuando explico un tresillo por ejemplo, primero se escuchará a través de los ejemplos musicales. A continuación, vamos a bailar con una bufanda, vamos a compararlo con un ritmo que se parece mucho, pero que a la vez es diferente, uno va a cantar, golpear una pandereta, reproducir una canción para identificarlo… y solo después le diremos al alumno: lo que hiciste, sentiste, bailaste, cantaste, se llama tresillo y se escribe de esta manera. De hecho, cuando el niño ha integrado el tresillo casi sin darse cuenta, y toma su instrumento, ya lo conoce. » 
Bailarines, pero también cantantes e instrumentistas, toman a través de la educación musical Dalcroze, la respiración e incluso el gesto musical. Al igual que con Anne Lamatelle-Meyer, profesora de educación musical en el Conservatorio del distrito XIII de París. Supervisa varias clases de instrumentistas, para los cuales el hecho de sentir la música a través del cuerpo les hace cambiar de forma radical la vivencia con el instrumento. «« Para un músico, la pulsación interna regular es la base, si no lo tenemos, no podemos superponer elementos rítmicos por encima. No estamos en una clase de técnica, es la responsabilidad del profesor de instrumento, trabajamos el fraseo, la respiración, la dirección del movimiento, la escucha y la comprensión de la partición. Cuando se trata de una dificultad a superar, el método Dalcroze tiene una gran ventaja: no es una educación punitiva y el niño crece según sus habilidades específicas. A través de diferentes tipos de ejercicios nos acercamos a un problema tratando de pasar por todo tipo de percepción: auditiva, visual, táctil, para ayudar a los estudiantes a entender un concepto. De esta manera, cada estudiante, independientemente de su dificultad y su particularidad, puede en algún momento ser reconocido en la competencia que sea su fuerza.»

Lo importante es el viaje

Dicho y verificado: asistimos a la clase pública para jóvenes estudiantes de danza del Conservatorio de Vincennes y Rueil-Malmaison. La clase es animada por Geneviève Attahir, maestra de educación musical en el Conservatorio Regional del Bayona, convertida a la enseñanza Dalcroze después de enseñar un par de años de manera más «clásica». Los alumnos aprenden coreografía sencilla en unos puntales de texto. En la sesión se trataron temas como: el ritmo “croche-deux double-croches”= semicorcheas, la noción de puntales, su lugar en las series orquestales  y el contexto histórico musical de los franceses Gran Siglo. Geneviève Attahir planeo más tiempo para aprender la coreografía; resulta que las pequeñas bailarinas están muy cómodas, y esta etapa se finaliza muy rápidamente. Que solo sea por eso, Geneviève se adapta. « Se trata de una pedagogía que requiere tiempo para el maestro también, tiempo para madurar y confíar en sí mismo. Para que disponga de una gama de ejercicios y de enfoques suficientemente rica para adaptarse a cualquier tipo de público. Para mí, es la transversalidad que permite aprender mucho por la música – la sensación de pulsación, igualmente los elementos de análisis o de la historia de la música. La Rítmica Dalcroze es la antítesis del aprendizaje escolar tradicional, ya que parte de la premisa de que una pregunta se puede responder de muchas maneras diferentes, utilizando una gran diversidad de caminos, y es el camino el que anula el resultado y es el camino el que supera el resultado.»

En Suiza, la Rítmica Dalcroze se integra en el plan de estudios de la escuela. Hélène Nicolet enseñó allí durante diez años. Según ella, la capacidad de adaptación del método permite que se adapte a muchos contextos y con todas las generaciones: « En un primer lugar se trata de un enfoque de la improvisación y a través de ella se desarrolla la creatividad en todas las artesInicialmente, Emile Jaques-Dalcroze introdujo este método con el objetivo de formar músicos completos. Hoy en día, el método Dalcroze se ha generalizado en la educación musical en primaria para las edades comprendidas entre los 4 y 8 años en la Suiza francófona. Esto fue decidido por las autoridades desde que se dieron cuenta de que los “Rítmicos” tenían habilidades para trabajar aspectos psicomotores y la coordinación en los alumnos desde una edad temprana. El método Dalcroze aplicado en el marco escolar  no será tan utilizado para abordar los conceptos musicales sino más bien para desarrollar otras habilidades como pueden ser: la escucha,  la cooperación, la expresión, todas las habilidades que no tienen lugar en otras materias/asignaturas. »

 

Para un mayor reconocimiento en Francia

Si Suiza reconoce las virtudes de la Rítmica Dalcroze reservándole un lugar en la educación, incluso en el campo de la medicina (la Ritmica Dalcroze está subvencionada por la seguridad social para las personas mayores), la pedagogía es poco presente en Francia. En Francia sólo doce profesores detienen en título entregado por el Instituto Internacional de Jaques-Dalcroze de Ginebra y la Escuela Superior de Música, el único título reconocido por la institución de origen. La carrera es larga, exigente y cara – tres años para la licenciatura, dos más para el Master, lo que desalienta a muchos candidatos.

Pero todo el mundo no se siente cómodo con un método de enseñanza en el que el maestro debe cuestionarse todos sus conocimientos. Otro motivo, segun Geneviève, para explicar los pocos casos de conversión: « Es un tsunami, sacude todas las creencias del maestro, y no es fácil. A veces uno no quiere ser juzgado poniéndose en el lugar del alumno. Algunas personas no se sienten cómodas con su cuerpo o no saben cómo improvisar… esto pone en duda muchas cosas. En el camino uno tiene que apartarse del objetivo que quiere alcanzar, restar importancia, aprender a tomar el tiempo necesario para buscar y experimentar. El profesor ya no es el que tiene el conocimiento que va a introducir en el niño: estamos todos involucrados, al mismo nivel para buscar juntos, el profesor solo guía este andar a tientas-tâtonnement. »

Un proceso personal, una inversión considerable, y de vuelta a Francia la problemática de poder poner en práctica los conocimientos adquiridos. A la vista del interés de los presentes en la jornada Dalcroze en el Conservatorio de Vincennes, es un método que despierta mucho entusiasmo entre los profesionales pero que  no logra coger fuerza en Francia: « A menudo, cuando funciona, hay un equipo, y un director abierto que apoya la iniciativa. Francia ha desarrollado el aspecto académico, pero es demasiado rígido. Es muy difícil mover las líneas. Además, en la carrera hacia el resultado, este método no es eficaz. Requiere tiempo dedicado a cada alumno, un enfoque individualizado. Y es lo más difícil de defender hoy», concluye Anne-Gabrielle Chatoux.

600x337_la_une

Una clase de ritmica Dalcroze con los alumnos de danza del Conservatorio de Vincennes et de Rueil-Malmaison, © Radio France / Suzana Kubik
Artículo original: https://www.francemusique.fr/savoirs-pratiques/vivre-ressentir-comprendre-l-enseignement-musical-selon-la-methode-dalcroze-32139
Traducción: Isabel Fernández.

Deja un comentario